Tatuada en la frente el Om no salió corriendo hacia el discontinuo azul ni al grana color de la Indias, pájaro enjaulado, regresó al nudo gordiano de donde jamás salió para recorrer los suburbios de la libertad y se dejó enterrar en una tierra que nunca fue suya.
Este hombreque suda por las noches dudas como perros negros y rabiosos y por las mañanas los espanta a golpe de café cargado negro solo mandíbula que rasga la tostada nariz ociosa y siempre taponada la cabeza en las nubes de algún sueño y esa erección matinal innecesaria: este hombre está vivo porque duda.
Este hombre que se ducha entre preguntas como espuma de jabón que se deshace y se seca siempre mal en la entrepierna dertás de las rodillas las orejas el cuerpo un simple envase descartable la ropa interior primera jaula dónde estarán los jodídos zapatos la camisa una promesa de mortaja: este hombre está vivo porque duda.
Este hombre que trabaja varias horas aburridas como un acta de notario y dibuja en el papel interrogantes cerebro dividido en cuatro partes una para el mecánico sustento otra para la incertidumbre telaraña otra sol proyectos y fábulas de viajes la cuarta una caricia de la nada: este hombre está vivo porque duda.
Este hombre que bebe a mediodía copas que persigue si descanso y las empuja para lavarse algo risa obligada que ahuyenta soledades tarjeta fichada en el reloj de la alegría pena sin nombre definido entre los labios nostalgia de imposible vanidades memoria exacta de lo imaginado: este hombre está vivo porque duda.
Este hombre que se sienta en el baño que revisa sus papeles mira fotos y se interpela en mudas vaguedades que pisa en el aire de una pena que busca texturas sin catálogo que escribe versos sin sentido que suspira por causas sin silueta que conversa con sus otros no nacidos: este hombre está vivo porque duda.
Este hombre que se acuesta entre susurros como voces de idiomas inauditos y siente los huesos como arena el entusiasmo congelao de latidos dolores tibios que no interpreta olas que se van y vuelven pero menos cierta alarma entumecida y la sonrisa final de las respuestas: este hombre ya no duda ya está muerto.